ENERGÍA RURAL
Luz gratis y coches eléctricos: así luchan los pueblos contra la despoblación
Un grupo de pequeños municipios de Zamora y Salamanca ha decidido plantar cara a la pérdida de población con un proyecto innovador que apuesta por la energía renovable y la movilidad sostenible.
En la España Vaciada, donde la densidad de población es de menos de ocho habitantes por kilómetro cuadrado, la falta de servicios ha sido uno de los grandes motores del éxodo. Para cambiar esa dinámica, sesenta pueblos de la zona han creado Efiduero Energy, una comunidad energética que ya produce hasta el 74% de la electricidad que consumen.
Su objetivo: garantizar servicios, atraer vecinos y demostrar que la vida en el medio rural todavía tiene futuro. Con esta iniciativa, las familias reducen la factura de la luz y se facilita la instalación de empresas agroalimentarias o artesanas que necesitan un consumo energético elevado. “El reto no es solo económico, sino también social: se trata de ofrecer condiciones de vida dignas para que la gente se quede”, explica José Luis Pascual Criado, director de la AECT Duero-Douro.
Coche eléctrico compartido para no perder servicios
El transporte es otro de los grandes obstáculos en estas zonas. Muchos pueblos ya no cuentan con farmacia ni tiendas, lo que deja a los vecinos mayores sin opciones de movilidad. Por eso, el proyecto ha puesto en marcha una flota de coches eléctricos con conductor, disponibles para desplazamientos básicos como comprar medicamentos o hacer la compra en localidades cercanas.
Hoy existen 60 puntos de recarga en la zona, con un uso creciente incluso en pueblos pequeños como Villaseco del Pan, que ya registra 80 cargas anuales. Además, se prevé instalar 28 estaciones nuevas con marquesinas solares, baterías y vehículos compartidos gracias a la inversión del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).
El modelo ya ha demostrado resultados: en Manzanal de Arriba las primeras instalaciones permiten ahorrar hasta un 95% en la factura eléctrica. Sin embargo, los trámites burocráticos siguen siendo un freno. “Hay gestiones que deberían resolverse en semanas y tardan hasta dos años”, señala Pascual, que denuncia también la oposición de las grandes eléctricas que controlan las redes de distribución.
Más allá de los números, el proyecto aporta cohesión. “Si vamos juntos, es mejor que cada uno por su lado y malamente”, apunta Juan Andrés Barrio, secretario interventor de varios ayuntamientos implicados. La iniciativa también abre la puerta a nuevos modelos de vida, como el teletrabajo, que permiten combinar días en la ciudad con estancias en el pueblo.
La clave, insisten sus impulsores, es garantizar servicios básicos que hagan atractiva la vida en el medio rural. Porque solo así la España Vaciada podrá convertirse en la España Recuperada.