BLOG LA OPINIÓN DE LOS EXPERTOS
Protejamos a las motos
Junto a los peatones y las bicicletas, las motos pertenecen a la categoría de vehículos vulnerables de la vía. Sin embargo, dado que disponen de motor y el conductor va protegido, la realidad es que no se les trata como a “vehículos frágiles”.
En los países nórdicos se ha llegado a colocar una especie de alambre de espinos en los bordes de la carretera con el pretexto de que las púas servían para “agarrar” la carrocería de un coche y detenerlo… Fantástico, pero imaginad lo que sucedería si una moto se acerca a uno de esos espinos. “Aquí hay muy pocas motos”, me explicaron en un viaje por Suecia. Yo pensé que iba a haber muchas menos, con semejante sensibilidad de parte de aquella Administración.
En España las motos van en aumento, especialmente desde la convalidación del carnet de coche con el de moto ligera. Y aún más en estos tiempos de Covid: la moto es un medio ventilado, individual (o máximo de pareja conviviente) y que lleva puerta a puerta y evita desplazamientos innecesarios para aparcar, lo que reduce las relaciones personales accidentales.
Además, la moto es uno de los vehículos más ecológicos y contribuye decisivamente a la movilidad. Cuando los motoristas de Barcelona se han propuesto hacer una huelga en protesta por la escasa sensibilidad del Ayuntamiento de la Ciudad Condal, su idea ha sido… Ir a trabajar un día todos en coche. Si todos los motoristas de ciudades como Barcelona o Madrid fueran un día a trabajar en coche, ese día la ciudad se colapsaría en circulación y aparcamientos, porque podrían llegar a sumarse hasta un 25% más de desplazamientos. Con ese caos, los motoristas de Barcelona nos explicaban que querrían sensibilizar sobre su uso de la moto en las ciudades.
Porque en España no tenemos alambre de espino, pero aún hay muchos kilómetros de guardarraíles sin doble bionda, calles con baches y roderas peligrosísimas, juntas de dilatación en puente escurridizas, rotondas que se riegan inundando el asfalto, machas de gasoil y alquitrán… y hasta bloques de hormigón en Barcelona y la célebre aleta de tiburón en ciudades como Madrid. Todo ello son trampas para la moto.
Si decimos que son vulnerables, ¿no habría que cuidarlas?
Proteger el uso civilizado de la moto como medio de transporte haría las ciudades más seguras, ecológicas y favorecería la movilidad.