LA OPINIÓN DE LOS EXPERTOS

Los peligrosos bloques de Barcelona, un caso claro de miopía 360

Siempre recordaré el corte que nos dio Ian Gray Roberts, reputado profesor de Salud Pública en Londres, cuando le pregunté en unas Jornadas 3.0 de Ponle Freno por su grado de satisfacción sobre el enorme descenso de víctimas en los accidentes de tráfico del Reino Unido: “No podemos estar nada satisfechos. Los británicos ahora no se matan en coche, pero hemos hecho el coche tan seguro que ahora no caminan nunca y mueren de obesidad y sedentarismo”.

Tráfico en Barcelona | Pixabay
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Roberts es un ejemplo de la visión 360 grados y un modelo de lo que no estamos haciendo en muchos casos en España. Un ejemplo atroz: el Ayuntamiento de Barcelona ha colocado unos enormes bloques de hormigón junto a los carriles de circulación de muchas calles de Barcelona. El bienintencionado objetivo es ampliar al espacio de paseo de los peatones en época de coronavirus y de distanciamiento social. Para ello, los peatones invaden la calzada y para separar esa zona se han puesto bloques de hormigón… ¡a menos de 50 centímetros de los carriles de circulación!

Desde el punto de vista de ganar distancia a los peatones en la calzada y permitir la distancia social, es una iniciativa impecable.

Pero hay que verlo todo: han colocado trampas peligrosísimas para el tráfico, especialmente el de motos y bicicletas. Los coches pueden impactar y abollarse. Pero los motoristas y ciclistas son carne de cañón: tocar estos bloques con un pie equivale a una fractura, una caída o algo peor. ¡¡Es chocar contra un bloque de hormigón en plena calle!!

El ayuntamiento ha recibido quejas inmediatas y argumenta que a 30 por hora una colisión no es grave. Es la forma de perpetuar el error: si existen las zonas 30 en las ciudades europeas es porque se considera que a partir de 30 por hora, un atropello es difícilmente mortal. Es decir, que a 30 por hora -para un motorista que cumpla a rajatabla las normas e impacte con uno de estos bloques al ser tapado por un coche-, empieza el riesgo mortal de un accidente o una caída. Y no hace falta la pena máxima para convenir que colocar bloques de hormigón junto a la circulación es como cuando los nórdicos colocan alambre de espino en lugar de quitamiedos en algunas carreteras: son buenos para los coches porque “muerden” la carrocería y “agarran” el coche… Pero, ¿y las motos? “Aquí hay pocas motos”, nos dijo un experto sueco. Pocas… Y menos que habrá. Se supone que hay que proteger a las minorías vulnerables…

Si el Ayuntamiento de Barcelona hubiera tenido visión 360 grados y no sólo hubiera pensado en el coronavirus y los peatones, sino también en seguridad vial, jamás habría puestos esos bloques.

Ya está tardando en reconocer su error y retirarlos.

Javier Olave, Asesor de contenidos de Ponle Freno
 |  Madrid | 26/10/2020

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