INVESTIGACIÓN
Matrícula de honor para un programa informático que prevé la expansión de la COVID-19
Unai Otamendi, estudiante de Ingeniería Electrónica en la Universidad del País Vasco, diseña una simulación similar a un videojuego como herramienta de análisis y control de la pandemia
Unai Otamendi, alumno de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad del País Vasco, nació hace 26 años en Oñati, pueblo guipuzcoano industrial rodeado de montañas. Allá por 1540 se fundó en este municipio el primer centro universitario del País Vasco –se conoce como la Universidad del Espíritu Santo– donde se podía cursar Leyes, Artes, Medicina o Teología. Han pasado casi 500 años. Una pandemia intenta asolar la realidad y son la tecnología y la ciencia las disciplinas que abanderan la lucha contra la COVID-19. Unai Otamendi ha desarrollado en su Trabajo de Fin de Grado un programa informático que simula el impacto del coronavirus, permite prever la expansión de la pandemia y que podría servir para el control de otras enfermedades.
Desde marzo de 2021, cuando comenzaron el estado de alarma y los confinamientos, el colapso de los hospitales y las muertes en la residencia, hasta hoy, en pleno proceso de vacunación masiva, se ha echado en falta una herramienta informática capaz analizar la eficacia de las medidas restrictivas (distanciamiento social, confinamiento, etc.) a la hora de controlar y dominar una pandemia. Su trabajo acaba de conseguir una matrícula de honor.
Simulación con datos sociológicos y demográficos
“La base del método consiste en construir un área de simulación basada en investigaciones sociológicas y datos demográficos y de empleo, como si se tratara de un videojuego de SIMS basado en la realidad. Ese área podría ser una universidad, un municipio o una provincia. En mi caso, me he basado en Oñati. Por último, implementando un modelo de contagio se puede analizar la expansión de una enfermedad, comprobando las consecuencias de aquellas medidas que influyen en el comportamiento de las personas”, explica Unai Otamendi Loibide, alumno del Grado en Ingeniería Electrónica de la Faculta de Ciencia y Tecnología.
Lo primero que hizo el estudiante fue solicitar los datos de la población de su pueblo (11.475 habitantes) para realizar la simulación, que podría aplicarse a otros pueblos, ciudades o regiones. Con datos demográficos y de investigaciones sociológicas, Otamendi creó un ‘mapa’ virtual de cómo es y cómo se comporta la población de Oñati. Tener una visión tan completa era el primer paso antes de implementar un modelo de contagio “analizando la expansión de la enfermedad y las consecuencias de las medidas que influyen en el comportamiento de las personas”.
Reducción de casos
Para comprobar la fiabilidad del programa, el alumno introdujo las medidas que se establecieron entre el 19 de junio de 2020, justo antes de que terminase oficialmente el primer estado de alarma, y el 12 de diciembre del mismo año, cuando la situación provocada por el coronavirus en la comunidad autónoma era más que preocupante. Entre ellas, el uso obligatorio de mascarillas, la apertura de colegios y la reducción al 60 % del aforo en hostelería, locales culturales y deportivos. La simulación creada en el programa de Otamendi arrojó resultados muy similares a los ocurridos en la realidad durante ese tiempo. La importancia de este programa es que si sabemos el impacto que puede tener una pandemia, podríamos adelantarnos a ella y tomar las medidas más adecuadas.
Otamendi ha comprobado que las medidas de uso de mascarillas y distanciamiento son claves para suavizar la curva epidemiológica y disminuir el número de casos. Además, el alumno ha estudiado el impacto que podría haber tenido la aplicación de métodos de testeo y rastreo más rigurosos. “Mediante métodos de rastreo más rigurosos se podría disminuir el número total de contagios. De hecho, en las simulaciones (sobre la población de Oñati) hemos conseguido reducir los casos positivos de coronavirus de 4.195 casos a 673, una reducción de hasta más de seis veces”, explicó el joven guipuzcoano.
“Las teorías y los procedimientos diseñados para este trabajo son novedosos, por lo que hay muchos aspectos a mejorar. Sin embargo, creemos que pueden abrir muchas puertas de cara al futuro. Este trabajo puede servir de base para desarrollar programas que se utilicen para planificar estrategias de rastreo, medidas de seguridad y estrategias de vacunación adecuadas para la pandemia causada por la COVID-19, así como para otras enfermedades que puedan surgir en el futuro”, asegura Unai Otamendi.