INTERNET
Cómo mejorar tu wifi en tiempos de hiperconexión
Pasamos la cuarentena intentando entender qué pasaba fuera y para todo tuvimos que conectarnos a internet. Ahora, meses después, sabemos cómo perfeccionar nuestro teletrabajo o el estudio a través de una pantalla. Y para eso es fundamental que el wifi funcione rápido y bien
Frases manidas de la cuarentena, del estado de alarma, probablemente también del tiempo anterior y seguro que del después de la desescalada: “El portátil va lento, está petado”, “¿Por qué va tan mal el wifi aquí?”, “¿Habéis visto el cargador del móvil?”, “¿en qué fase estamos?… Con tanto tiempo en casa y tantas horas de teletrabajo, nos va a estallar la cabeza y también los equipos informáticos y dispositivos digitales. Ellos también sufren.
El nivel de enganche a internet ha roto cualquier previsión. Un reciente estudio habla de que durante el estado de alarma pasamos 79 horas semanales conectados a internet: frente a la pantalla estudiamos, hablamos con los colegas, hacemos la compra, trabajamos, nos entretenemos, etc. Y lo mejor es que hemos conseguido no saturar la red. En Levanta la cabeza no podemos encontrar el cargador de tu smartphone ni somos informáticos, pero sí podemos ayudarte a mejorar que tu internet vaya más rápido, a hacer que llega más lejos la señal. Y acordaos, se escribe y se dice el wifi cuando hablamos del sistema de comunicación inalámbrica y la wifi cuando nos referimos a la zona de cobertura.
El rúter no es un jarrón chino, muévelo.
Cualquier obstáculo le molesta al enrutador, ese aparatito capaz de interconectar dispositivos en red. No le gustan los armarios, los muros de carga, algunas estanterías… cualquier pared que le separe de su destino. Cuanto más alto y menos escondido esté, más velocidad obtendremos. Y si lo situamos en el centro de la casa, mejor que mejor. La señal se mueve en círculos como los que se crean al tirar una piedra el agua. El suelo no es un buen sitio. Los que saben recomiendan mantenerlo lejos de otros dispositivos que usen ondas electromagnéticas: teclados o teléfonos inalámbricos, microondas, etc.
¿Y si volvemos a los cables?
Si lo pensamos, el sistema wifi es bastante nuevo. No han pasado ni dos décadas desde que un grupo de empresas se asoció para crear una señal inalámbrica compatible entre distintos dispositivos. Una opción es recuperar los cables y enganchar el rúter al ordenador portátil o la consola de videojuegos a través del puerto Ethernet. Habrá lío de cables pero antes rápida que sencilla.
Cambia de canal.
Tú rúter se comunica con los distintos dispositivos a través de un canal y puede que también utilicen esa autopista de comunicación otros usuarios cercanos. Si hay muchos vecinos, probablemente actúen en la misma frecuencia y el atasco está asegurado. Un cambio de frecuencia ayuda pero debe consultar a su operadora, leer muy bien las instrucciones de configuración del rúter para ver si puede cambiar de canal o llamar a un informático de confianza. Muchas veces es mejor circular por una carretera solitaria que por una autovía llena. Los rúteres más modernos ofrecen la posibilidad de buscar el canal de frecuencia más despejado.
Quita esa contraseña kilométrica.
Vale, la contraseña que viene debajo del rúter por defecto es muy larga, imposible de memorizar y bastante fácil de piratear. Lo correcto es personalizar tu wifi con una contraseña propia: de un plumazo te quita a vecinos gorrones y a hackers malintencionados.
Amplifica, que algo queda.
Están de moda los amplificadores de señal y repetidores, conectados al rúter o enchufados directamente a la red. No son la panacea pero podemos conseguir mejor conectividad en casas grandes, con pasillos y tabiques de ladrillo. Si vives en un apartamento o casa pequeña, no te compliques.
Haz un mapa y aprovecha la red eléctrica.
Si no consigues tener wifi en toda la casa, puedes optar por llevar internet a través de la red eléctrica, colocando dispositivos PLC en los enchufes de algunas habitaciones. Estos extensores cogen la señal del rúter y la envían a los dispositivos más lejanos. Si te haces un mapa de la conectividad de tu lugar de residencia y teletrabajo, seguro que sabrás donde colocar el extensor y aprovechar sus ventajas.
Desconecta algunos dispositivos.
Probablemente no lo hagas nunca pero parece bastante lógico. Si hay muchos dispositivos conectados al wifi, la cosa no tiene por qué coger velocidad crucero. Quita el wifi de aquellos aparatos que no lo requieran. Hay aplicaciones que rastrean y escanean tu local o vivienda para detectar cuántos dispositivos están enganchados a la zona wifi.
No abuses del reiniciado.
Puede que la primera vez que decidas reiniciar el rúter, el resultado sea bueno. Es como la suerte del principiante. Te haces el informático, reinicias y a volar con el wifi, pero cuidado, no siempre funciona y además no es bueno para el aparato estar reiniciándolo cada día. Reiniciar es menos cuestionable si usamos wifi de 2.4 GHz porque el rúter buscará el canal con menos interferencia. Si tenemos 5GHz, nos olvidamos porque el cambio es autónomica.
Llamada al proveedor o al técnico.
Si llama a su operador telefónico y su rúter es viejo, está de suerte. En esta época de emergencia sanitaria, probablemente en pocos días reciba en la puerta de su casa un paquete con un rúter nuevo y más moderno. Si mejora la velocidad, asunto arreglado. Si no, tendrá que probar con alguno de los puntos anteriores. Y si tiene cerca a un informático, tampoco tenga problemas. Saben trucos para que no haya tantas interferencias.