SOSTENIBILIDAD
Cómo reducir la huella de carbono de nuestra vida digital
La vida digital tiene un impacto que puede reducirse si se siguen algunos consejos. Así puedes limitar el impacto ambiental del uso que das a internet. Por M. Martínez Euklidiadas
Toda actividad humana tiene un impacto en el medio ambiente, incluido navegar por redes sociales o abrir páginas web. De hecho, se estima que el uso de internet representa ya el 3,7 % de las emisiones de gases de efecto invernadero globales, por lo que es importante reducirlas. A continuación se dan algunos consejos sobre cómo evitar, en la medida de lo posible, parte de esta huella.
¿Por qué la vida digital emite CO₂, entre otros impactos?
Aunque se represente como una nube (☁️), internet no es un lugar etéreo y algodonado, sino un gigantesco conjunto de dispositivos conectados mediante diferentes cableados y conexiones. Todos ellos consumen energía para funcionar, y han necesitado energía y minería para ser construidos. Navegar contamina, pero hay algunas formas de reducir el impacto.
- Darse de baja de ‘newsletters’ no leídas
Las suscripciones, boletines o newslettersocupan buena parte del espacio del correo electrónico, pero a menudo no se leen. Dado que cada email almacenado implica la emisión de CO₂ y de una fracción de máquina para almacenarlo, conviene darse de baja de todas aquellas comunicaciones que no vayan a leerse.
- Pasar de videollamadas a llamadas
Las videollamadas suponen un alivio notable con respecto a los viajes de empresa. Si hay que elegir entre usar un coche o subirse a un avión, o realizar una videollamada, esta última es una opción infinitamente más ecológica. Pero aún lo es más una llamada, o un email de texto. Sabiendo esto, es importante elegir la opción más apropiada en cada situación.
- Usar navegadores de bajo consumo
Navegar consume datos, lo que implica que hay una descarga de información que consume energía eléctrica y recursos. Pero es posible navegar con un impacto relativamente menor. Según un estudio de Alarcos, Edge y Firefox son los navegadores más respetuosos con el medio ambiente, seguidos de Opera y Chrome. Sin embargo, hay otros navegadores no estudiados que podrían tener menos impacto. Solo se han estudiado los generalistas.
- Cambiar la frecuencia de sincronización de las aplicaciones
Todas las aplicaciones conectadas a internet actualizan su contenido cada poco tiempo. A menudo, cada pocos segundos. Están continuamente demandando información por su hubiese entrado algún mensaje nuevo. Dependiendo del sistema operativo, en el apartado ‘Cuentas’ de ‘Configuración’ es posible retirar la actualización automática.
Algunas aplicaciones tienen configuradores específicos para elegir la frecuencia de sincronización. Cuanto más tiempo (en minutos) se ponga en estas opciones, más tiempo pasará entre comprobaciones y menos impacto habrá. No se recomienda si necesitamos estar pendientes de la actualidad.
- No descargar adjuntos por defecto
Sí se recomienda, para todos los usuarios, no descargar archivos adjuntos por defecto. Aplicaciones como Gmail, WhatsApp o Twitter permiten configurar estas opciones, y evitar una descarga de imágenes o vídeos que quizá nunca visualicemos. Cada MB de información no descargado supone un impacto menos sobre el medio ambiente. Hay que tenerlo en cuenta.
- No adjuntar archivos, si es posible
Adjuntar archivos en correos, chats o aplicaciones genera duplicidades importantes. Por ejemplo, si un usuario de Gmail envía un Word a uno de Outlook, ese archivo de Word se almacenará en ambos servidores: el de Google y el de Microsoft. La alternativa es el envío de un documento en forma de URL. Compartir acceso, en lugar de enviar. Lo mismo aplica a carpetas de fotos.
- Evitar la firma de correo con imágenes
La firma de correo es un elemento muy frecuente de estos mensajes. Aunque con las décadas se ha concienciado a los usuarios de no imprimir físicamente emails, aún queda trabajo en el envío de archivos adjuntos como las imágenes de la firma. En el caso de que estas se consideren imprescindibles, es clave generar archivos de bajo peso como .PNG de poco más de 1 KB.
- Ver vídeos en una calidad más baja
La descarga de vídeos en streaming supone uno de los mayores impactos ambientales del uso de internet, al menos a nivel usuario. Por suerte, todos los sistemas de vídeo como YouTube o Vimeo permiten seleccionar la calidad por defecto, tanto en el navegador como en una aplicación. Especialmente en el móvil es posible bajar mucho la calidad sin percibirla como baja.
- Evitar páginas web de alto impacto
Extensiones como Globemallow permiten obtener lecturas en tiempo real del impacto de una página web. El espacio Levanta la Cabeza puntúa en verde con un A−, uno de los más altos, por el trabajo de los desarrolladores a la hora de depurar el código y de los editores al reducir el tamaño de las imágenes. Pero webs como LinkedIn tienen un impacto D, de los más altos. No están optimizados y contaminan mucho.