EN PANAMÁ

El saqueo de huevos y los perros, las grandes amenazas de la supervivencia de las crías de tortuga del Pacífico

Cada año cientos de tortugas desovan en las playas panameñas del Pacífico y, una vez salen del huevo, las pequeñas crías de tortuga tienen que enfrentarse a los peligros del mar y a otras dos grandes amenazas que ponen en peligro su supervivencia: los perros y los saqueadores de huevos.

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Las Islas Canarias, un lugar clave para el desarollo de las tortugas bobas | Agencias

A lo largo de la costa de Punta Chame, a unos 100 kilómetros al oeste de la capital de Panamá, las tortugas lora, que se encuentran en epligro de extinción, depositan sus huevos en la arena ajenas a dos gran amenzas como son los perros que deambulan por la playa en busca de este "rico manjar" o los temidos ladrones de huevos que venden estos huevos en el mercado negro o los  propios lugareños que los reclaman para su consumo diario. 

Por eso, Gerardo Álvarez, biólogo y coordinador del proyecto Tortuguías, ha explicado que se han visto obligados a realizar monitoreos nocturnos en las costas para reubicar los huevos en viveros con mallas y cilindros para protegerlos de los depredadores del lugar.

"Está situación de depredación por los perros se ha extendido a nivel mundial, muchos no tienen dueños y para cubrir sus necesidades alimenticias los huevos son el recurso más fácil, mientras que a las tortugas adultas las atacan y las devoran parcialmente", ha explicado el experto. De hecho, de acuerdo a datos de Tortuguías, el año pasado los perros mataron a 8 tortugas en el proceso de anidación.

Así esta fundación realiza una doble e importante labor: además de proteger a los pequeños huevos de tortuga, la fundación trabaja en conjunto con el Municipio de Chame y la ong Spay Panamá para esterilizar y rescatar perros para que sean adoptados y de esta manera evitar que destruyan los nidos.

El experto ha segurado que el organismo por medio de liberaciones busca aumentar la cantidad de neonatos que llegan al mar gracias a la protección que le dan a los embriones en la playa.

"Cuando hay liberaciones ponemos una banda unos metros más arriba del oleaje para que las tortugas caminen por la arena y así aseguren su impronta, lo que es fijar todos los componentes fisicoquímicos y del campo magnético de la tierra para que vuelvan años después a la misma playa a desovar", describió.

La conservacionista relató que la fundación ha realizado más de 75.000 liberaciones de recién nacidos en 6 años y de acuerdo a los biólogos, solo 1 de cada 1.000 neonatos de tortugas que lleguen al mar alcanza la madurez y vuelve a la playa que nació para desovar.

El desarrollo de infraestructuras costeras, contaminación, minería y deforestación son actividades amenazantes del ser humano hacia las tortugas que está provocando su reducción a niveles alarmantes.

Hazte Eco | EFE | Madrid
| 13/10/2016

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