¿Presa o depredador? Por sus pupilas lo sabrás

Probablemente sea lo último en que te fijes si te encuentras con un león o un ñu cara a cara. Pero los ojos de los animales pueden decirnos mucho de las distintas especies que habitan la Tierra.

Aunque suponen tan sólo una pequeña porción de la cara de un animal, los ojos (más concretamente sus pupilas) pueden decirnos mucho de ellos. El respeto que nos imponen algunos animales y la ternura que nos despiertan otros, tiene mucho que ver con su mirada. 

Según un estudio de las universidades de Berkeley en California y la británica Durham, realizado a 214 tipos de animales, se ha llegado a la conclusión de que las pupilas de los animales pueden revelarnos su nicho ecológico. La forma de los ojos de un animal define perfectamente si éstos son los de un depredador, o por el contrario, si se trata de los de una presa.

La diferencia en la forma de sus pupilas tiene una explicación muy sencilla. Las más horizontales corresponden a las presas, ya que les aportan una visión panorámica que les permite estar alerta de cualquier peligro así como buscar rápidamente una vía de escape.

Sin embargo, los depredadores, muchos de los cuales cazan al atardecer o por la noche, cuentan con pupilas verticales para aprovechar al máximo la luz y focalizar su visión para atacar con precisión.

La altura del animal podría ser otro factor importante que explicaría por qué el león o el lobo tienen una pupila redonda y el gato, por ejemplo, la tiene vertical. La respuesta de estos científicos es que a cierta altura, la pupila vertical ya no supone ninguna ventaja, por lo que la pupila circular sería la más óptima para estas especies.

Basándose en este estudio y reflejando que los ojos son el espejo del alma, el ilustrador y fotógrafo Dan Cretu ha creado esta serie de fotomontajes. En ellos, intercambia los ojos de depredadores por los de sus presas y viceversa.