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Evita estas situaciones si no quieres contribuir al maltrato animal

Los animales son tan maravillosos como vulnerables. Muchas veces, cuando viajamos a lugares exóticos, la fascinación por los animales que viven allí provoca que caigamos en actividades que si conociéramos mejor, seguro que no apoyaríamos. Así es como, de manera involuntaria, contribuimos a que estas prácticas sigan existiendo.

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Cabalgar sobre tortugas (China) | Agencias
Fotografiarse con caimanes en (Bali) | Agencias
Apoyarse en elefantes solo para tomar una fotografía (Bali) | Agencias
Sacar animales acuáticos de su hábitat natural (Bali) | Agencias
Participar en espectáculos con animales salvajes | Agencias
Carrusel de ponys en la feria | Agencias
Los turistas se aglomeraban en esta playa de Costa Rica | Agencias
El grupo de turistas haciéndose fotos con el delfín | Hernan Coria / Facebook

Cuando viajamos, es fundamental practicar un turismo responsable con la flora y la fauna que nos encontremos. A veces, no nos damos cuenta de que las actividades que escogemos y que se nos ofrecen como divertidas, emocionantes o incluso como educativas, pueden perjudicar a los animales, por muy inocentes que parezcan.

Los animales salvajes en ningún caso van a comporse docilmente sin haberlos "educado" previamente. Domar a un animal salvaje es lo peor que le puede ocurrir, porque se le rompen sus institos, su naturaleza. Consiste en demostrar al animal quien manda a base de castigos, recompensas, se les cortan las garras y se les quitan los dientes para que sean inofensivos. Es decir, pasan por un sufrimiento que no vale, ni de lejos, lo que tú pagas para entrar al circo.

Por eso, debemos evitar ser cómplices de estas actividades. Los elefantes que pasean a turistas se pasan horas encadenados, no pueden moverse libremente, muestran comportamientos estereotipados, como balancearse de un lado a otro, de delante a atrás y, a veces, mueven sus piernas de manera angustiante. Estos movimientos reflejan estrés, aburrimiento y falta de enriquecimiento en sus vidas. También, el uso reiterado de cadenas pueden provocar heridas en sus pies.

Los delfines son animales de gran envergadura, fuertes y perfectamente adaptados a la vida en el vasto océano. Si se les limita a un espacio cerrado y se les somete a interacciones forzadas, pueden desarrollar un comportamiento violento. En muchas ocasiones los delfines son capturados de su hábitat natural y transportados durante miles de kilómetros solo para el disfrute de los turistas.

Desde Hazte Eco defendemos el respeto y el amor hacia los animales, por eso condenamos este tipo de castigos a los que se ven sometidos en algunos países y os recordamos que, aunque a veces, lo que parece un atractivo turístico, esconde un maltrato animal.

Hazte Eco | Madrid
| 02/03/2016

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