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Descubrimos los volcanes más peligrosos de la Tierra
El poder de la madre naturaleza es incalculabe y los volcanes son solo una pequeña muestra de lo que una erupción puede provocar en la Tierra. Desde el Monte Vesubio, hasta el Etna y pasando por el Teide, descubre la historia de estos volcanes.
Las erupciones volcánicas son una constante a lo largo de la historia de la humanidad y han provocado daños daños muy graves, como en el caso del Vesubio, cuya erupción en el año 79 cubrió completamente a la ciudad y los habitantes de Pompeya y Herculano.
Pero el Vesubio no es el único volcán que ha provocado daños en poblaciones de todo el planeta. El volcán Yellowstone ha erupcionado en tres ocasiones, siendo su tercera erupción hace 640.000 años, fue 3.000 veces mayor que la erupción del Vesubio.
El Popocatépetl es el segundo volcán activo más alto de América del Norte y tuvo su última erupción en el año 2000.
El volcán Nevado del Ruiz estalló en 1985. Los materiales que lanzó desde su cráter así como el barro caliente acabaron con Chinchiná. Murieron 1.927 personas, aunque una segunda erupción acabó con la vida de unas 23.000 personas en la ciudad de Armero. Es el peor desastre natural de Colombia hasta ahora.
La erupción del volcán Krakatoa tuvo resultados desastrosos para la isla de Sebesi. Ningún habitante de la región sobrevivió a la combinación de flujos piroclásticos, cenizas volcánicas y tsunamis que provocó la actividad de este volcán.
El Teide, una de las 'joyas' de las Islas Canarias es considerado uno de los volcanes más peligrosos del planeta. A pesar de que en la actualidad se encuentra inactivo, el riesgo de una futuro erupción es muy grande.
Cerro Machín es un volcán ubicado sobre la cordillera central de los Andes colombianos. Es considerado el segundo volcán más peligroso del mundo, debido a la gran cantidad de población ubicada en ciudades y pueblos dentro de su área de influencia.
El Monte Vesubio, a nueve kilómetros de Nápoles, tiene una altura de 1.871 metros, y es conocido por haber sepultado a las ciudades de Pompeya y Herculano en el año 79.
El Monte Fuji permanece inactivo desde 1707, pero unos temblores de baja frecuencia en los años 2000 y 2001 alertaron a los expertos. Una erupción de este volcán pondría en grave peligro a los habitantes de la ciudad de Tokio.
En la actualidad, el Monte Pinatubo es un destino turístico, una función que dista mucho de la situación de caos que provocó en 1991 cuando entró en erupción.
El Monte Merapi, situado en Indonesia, es uno de los volcanes más activos del mundo. Los temblores en su parte superior son habituales, así como la liberación de gas caliente y cenizas.
El año 2008 fue la fecha elegida por el volcán Chaitén para despertar de un sueño de 9.000 años. Su actividad provocó la muerte de 4.500 personas que vivían allí.
Uno de los volcanes más activos de Sudamérica es el volcán Villarica, situado en el límite de la provincia de Cautín y la provincia de Valdivia.
El monte Rainier representa una de las atracciones turísticas de Washington, aunque los expertos creen que supone un peligro para los 3 millones de personas que viven a lo largo de su pie.
Nyirangongo es un volcán especialmente peligroso. Su lava cuenta con una cantidad muy baja de sílice, elemento que engrosa y desacelera el avance de la lava. En el año 2002, la lava bajaba de su cráter a velocidades de 60 millas por hora.
El volcán Etna es uno de los más activos en Europa. Representa una amenaza para las ciudades de Sicilia y ya en 1966 destruyó las aldeas que se encontraban alrededor y cubrió una parte de Catania.
Desde el año 1995 el volcán Sakura-Jima entra en erupción regularmente. Debido a que se encuentra en una región muy poblada, está considerado como uno de los volcanes más peligrosos.
Las Islas Galápagos son consideradas por los científicos como una de las regiones volcánicas más activas. Uno de los más grandes, el Sierra Negra, entró en erupción por última vez en 2005.
Para acabar la lista, el volcán Papandayan. Su última erupción, en 1772, destruyó más de 40 aldeas y mató a 3.000 personas. En 2002 se registraron unos movimientos muy fuertes en su interior.