NOVELA FEMINISTA

‘Las incorrectas’: el humor feminista con el que te sentirás identificado

Mediante la ironía sutil que se desprende de las escenas cotidianas, Paloma Bravo ha sabido capturar en 'Las incorrectas' la esencia de un feminismo despolitizado que exige autocrítica a la sociedad actual.

Novela 'Las incorrectas' de Paloma Bravo | Planeta

Paloma Bravo ha plasmado en Las incorrectas, una novela publicada por la editorial Planeta, la cara más visible del feminismo. Mediante el humor, ejerce una increíble crítica social despolitizada y basada en una sutil ironía fruto de las escenas cotidianas de la vida de seis mujeres muy distintas.

En la sociedad contemporánea los estereotipos de género siguen guiando la vida de la mayoría de las féminas. Los perjuicios y las convenciones sociales generan un miedo insalvable que conduce, inevitablemente, al conformismo y la culpa. Paloma Bravo es consciente de la pesada carga que arrastran las mujeres que no se adaptan al rol al que la sociedad las ha delegado, por ello, mediante ‘Las incorrectas’ se ha propuesto ponerles voz y rostro; visibilizarlas en un intento por reivindicar el feminismo sin politizar que, a día de hoy, sigue siendo muy necesario.

Esta novela relata la vida de seis mujeres reales “que no tienen la vida que imaginaron y que tratan de querer la vida que tienen”:

Eva es una actriz que, no sin una oleada de reproches, decidió poner fin a su matrimonio porque, aunque el médico apuesto y bonachón con el que estaba casada la quería con locura, ella no encontraba la felicidad en su rutina. “Ni siquiera valgo para ser una mujer fuerte y sola”, es lo que la soledad, con la que afronta su valiente decisión, le obliga a creer.

Candela es una brillante abogada que trabaja de oficio por vocación y que, encargada del cuidado de sus gemelos de ocho años, vive a la sombra de su marido, que trabaja en un importante bufete.

Inma es una taxista que compagina una jornada de 12 horas diarias con el cuidado de su hijo adoptivo Nico, pues el que fue su pareja la abandonó debido a su físico y su situación económica. «Debo de ser mala madre, porque lo que peor llevo no es lo poco que veo a mi hijo. Lo que peor llevo es que no puedo depilarme. Ya no me da tiempo», es la confesión de una mujer a la que la presión social impide valorarse.

Cristina es una mujer inteligente de origen humilde que, tras toparse con el famoso techo de cristal, aceptó el rol de “mujer florero” a cambio de una estabilidad económica. «Yo fui lo que los cursis llaman su mujer trofeo. La que decora y despierta envidias. Y me iba bien. No soy idiota. Sabía a lo que estaba jugando», confiesa la mujer que debe enfrentarse a una temida e inusual independencia cuando su marido ingresa en prisión.

Pilar es una brillante científica que ha decidido ser madre soltera por inseminación in vitro. Es mayor y está intentando ascender en su trabajo, por lo que su decisión es muy criticada. La autora reflexiona por qué estos deseos son comúnmente considerados como incompatibles y caprichosos solo cuando a una mujer se refieren.

Verónica es una catedrática sexagenaria que imparte clases de filosofía. Tiene una cuenta feminista en Twitter, “coño furioso”, aunque oculta su identidad por miedo a la repercusión social que puede acarrearle tal actividad. La autora personifica en esta mujer la contradicción entre ideales y perjuicios que poseen la mayoría de las mujeres sin ser conscientes de ello.

A modo de espejo, Paloma Bravo utiliza la vida de estas seis grandes mujeres para realizar una profunda crítica social que, gracias a una delicada ironía, utiliza el humor como hilo conductor con el objetivo de ser constructiva y evitar ofender a algún colectivo.

Las incorrectas’ nos enseña precisamente que no existe ninguna vida correcta. A través de esta novela, Paloma Bravo intenta demostrar que la perfección y los modelos establecidos son un cuento. Cada persona es diferente y, sin dañar a nadie, debe vivir como le dicta su moral y sus deseos: una mujer que decide vivir sola también aspira a ser feliz y la compañía de un hombre no es un sine qua non del éxito; ser madre a los 40 años no es ni una aberración ni incompatible con una brillante carrera profesional; nadie es quien para juzgar la vida de otros, pues las apariencias engañan y la empatía no es una práctica muy popular.

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María Morte
  Madrid | 04/06/2019

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